miércoles, 29 de diciembre de 2010

Secuencia

Siempre escuché rumores acerca de recordar toda la vida antes de morir. Siempre me pregunté si no eran más que mentiras, fantasías de aquellos que quieren dar un toque más literario, retrospectivo a la muerte. ¿Será verdad? Tal vez estaba a punto de averiguarlo. Ese instante fugaz en cuando uno sabe, efectivamente, que tiene la vida en las manos y que rápidamente puede irse burlonamente, con gusto a nada, con sólo jalar el gatillo. Tantas religiones, mitos, culturas y costumbres intentan explicar un hecho que no la tiene, que sólo se puede vivirlo. O tal vez morirlo.

Tantos inviernos vividos que pueden ser ejecutados en menos de un segundo. Cientos, miles de anécdotas y experiencias, terminadas. Algunas buenas, otras malas. Más malas. Parece mentira que uno puede estudiar y reflexionar sobre infinidad de cosas, pero la muerte, particularmente, no tiene respuesta. No es siquiera una pregunta. Pero tiene innumerable cantidad de explicaciones, de razones. Ironía o venganza, tal vez sean ahora. Estoy a punto de ver la muerte. Cara a cara.

Los dedos me danzan entre los nervios y la bronca. Demasiado intensa me está resultando esta hora final. ¿No era ésta la única solución? Si, la única solución efectiva. ¿Por qué tiemblo? Pueden ser dudas. Puede ser demasiada determinación para manejar. Puede ser la bronca de terminar con tanto dolor causado en un instante. Me suda la frente. Me suda la mano que sostiene el revolver cargado. Finalmente, me decido a terminar.

¡Cuánto esfuerzo! Llegué hasta a sentir que la vida no era nada y ahora parece algo difícil de quitar. Intento con un esfuerzo inmenso deslizar el dedo hacia el gatillo para procurar acertar en el disparo y no hacer el ridículo ante mi moral. Parece ya lejano el instante en que recordaba que la vida se recuerda justo antes de morir. Éste es el momento. Tenía que ser. La vida en un instante, en una bala. La situación me está resultando hasta poética. ¡Cómo si la muerte pudiera ser poética! Menos ésta.
Llegó el instante. Espero a sentir, a verlo. ¡Cuántas cosas se pueden pensar en un minuto! Recuerdo a Johnny Carter y su velocidad para recordar, para pensar. Siempre lo recordé. Ahora lo entiendo. Voy a acabar con la vida. Entonces me hago hombre.

Apunto. Mis ojos se tambalean frente al revólver. Estoy a punto de apretar el gatillo y espero ver la secuencia. Ahí está. Lo noto. En sus ojos pasan todas las atrocidades que una mente pueda imaginar. Más también. Entonces llega el viento que necesitaba. Me pongo firme y termino de jalar el gatillo... Acabé con la vida de ese miserable comandante paramilitar, Rodrigo Pelufo. Sólo espero que haya podido entender la razón de su muerte por sí mismo. Venganza.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Mayéutica

Es que claro, qué iba a esperar. Era previsible. No iba a escuchar mis palabras. ¿Era necesario este final? ¿Es que las palabras ya no sirven? ¿Las acciones acaso tampoco? Sólo queda silencio ¿Qué silencio? Tal vez no tenga sentido, pero ahora mismo ese silencio me está diciendo mucho. Me dice algo más que mera ironía. ¿Pero no es que el silencio es nada? Creí que era la ausencia de palabras p sonidos, de conflictos, que era nada. Nada. ¿Qué es el silencio?

Es algo. Si es algo no es nada. Si no es nada no es la ausencia de cosas y estuve equivocado.

Si el silencio me está diciendo más que palabras, ahora mismo, entonces habría que hacer una valoración diferente. ¿Es silencio ausencia o imposibilidad? Muchos son también obligados al silencio. ¿No dice eso cosas también? A veces las palabras están de más. A veces las palabras no significan nada, más viendo de quien vienen. Eso no quiere decir que sea siempre así. Pero entonces… ¿Las palabras sí pueden ser nada? No, porque están. Pero si no dicen nada, ¿Qué son?

Ruido. La ciudad tiene mucho ruido. A veces nosotros tenemos ruido. Ese ruido no dice nada. Nada. Pero también está, nos rodea y nos busca. ¿Cómo encontrar silencio entonces? Mi mente a veces arde en un silencio placentero. Un silencio que no se oye más que en nosotros. Lo podemos ver, notar, pero no escuchar. Peri no siempre se contenta con ser ignorado y escapar de nuestro cráneo por la boca. El silencio no es nada, por lo tanto no es ruido. El silencio necesita de la palabra para ser oído. Entonces el silencio seguido de palabras es mucho más que fuego.

El silencio es pensar.

Vos no sabés mentir

Altibajo, leo. Depresión y máscaras. Curioso es despertar y sentir toda la frustración en el rostro. El cuerpo, lleno de peso, no puede evitar seder a una fuerza implacable, capáz de derribar la convicción más firme. Una foto, una palabra y todo por la baranda, pienso en rima. Pero pienso. ¡Cuánto daría por no pensar siempre! Eso le digo a una amiga. ¡A veces pelear con quien más amamos lastima más que la soledad!, le digo a otra. ¡Se te ve bien!, me dicen. Lo disimulo muy bien, respondo, cerrando casi una serie de mensajes encriptados al entorno. Estúpido resulta crear una cadena de palabras arbitrarias a personas cercanas, o no, como si ellas fueran a descifrarme. Pega con mi locura, o con mi falta de cordura. Tal vez si muriera mañana y todos fueran a un ficticio funeral mio podría existir la remota posibilidad de que eso ocurra, pero hace que mi insanismo suene aun más tormentoso. La realidad es que el maldito celular nunca pesó tanto, el internet tan inútil y la noche más terrible.
"¿Cómo estas?", traicionan mis dedos a mi cerebro. La respuesta no fue menos sofocante.
Pero en todo este embrollo pareciera que mi psiquis pende al compás de un hilo tenáz que tiende a conspirar en mi contra. Me pregunto, entonces, ¿Qué me mantiene todavía con algun vestigio de cordura? La mentira. Sí. Es mi propio engaño lo que me da una adrenalina para procurar seguir con la cabeza en alto. El efecto, como estas líneas sugieren, ya está terminando y descubre detras de un velo un infierno que no es encantador.
Sangrar sobre el teclado parece demasiado fuerte decir. Desahogarme podría ser más preciso. Para mi no quedan pocas caras bonitas ni oportunidades, no hay más. Ningún mensaje se atreve a llegar para sugerirme lo contrario. Ya el whisky no es estrategico. Sólo sirve para atragantarse en desepción.

miércoles, 7 de julio de 2010

Comunicado de los 4 compañeros procesados por ataque a embajada de Grecia en Buenos Aires, Argentina

Comunicado:

A todos los rebeldes solidarios del mundo.

A 2 meses de nuestra excarcelación, luego de haber permanecido presxs 10 días en la Cárcel de máxima seguridad de Ezeiza, por habernos movilizado hacia las puertas de la embajada de Grecia para hacer llegar nuestro gesto de solidaridad con el anarquista Giannis Dimitrakis (quien continua preso del estado griego).
Hemos quedado procesados bajo los cargos de “prepotencia ideológica”, “tenencia de material explosivo”, “daño agravado”, “lesiones graves”, “atentado y resistencia a la autoridad”.
El día lunes 28 de junio, en los tribunales de comodoro py, tuvo lugar la audiencia ante la cámara de apelación, en la cual el abogado presento la apelación por todos los cargos. De ahora en más la cámara tiene de 15 a 30 días hábiles para determinar el desprocesamiento o el procesamiento bajo alguno o todos estos cargos.
En caso de permanecer procesados, podríamos ser llevados a juicio, el cual estimamos será a fines de este año.
Es necesario materializar la solidaridad extendiéndola hacia todos los presos y perseguido del mundo. Rebelémonos contra este sistema de vida impuesto agitando, atacando, expresando de distinta forma la solidaridad, expandiendo la rabia por las calles, iluminando la oscuridad.
Saludamos y agradecemos a quienes de alguna u otra forma expresaron su solidaridad en diversas partes del planeta, mostrando con la práctica que las fronteras no son nuestras.
Luchamos por la Anarquía. Apuntamos hacia la destrucción total del poder que intenta perpetuar nuestras vidas en la explotación y la opresión mediante la propaganda del consumo, el control social y sus cárceles.

Por el desprocesamiento de los 4 anarquistas.
Por la libertad de todos los presos del mundo.
Por la destrucción total de la sociedad carcelaria y la expansión de la revuelta y la anarquía.
Muerte al estado. Viva la Anarquía y la insurrección.



Fuente: http://liberaciontotal.entodaspartes.net/
FUERZA Y CONVICCIÓN SIEMPRE

lunes, 28 de junio de 2010

Recorrido fugaz

“Un diario es el puente entre la sociedad y el poder”, afirma Jorge Lanata, ex director del diario Critica, en el avance del documental que narra el nacimiento del proyecto. Una elocuente metáfora, ya que aquellos con poder han dinamitado el puente donde se encuentran los trabajadores.
En un remoto recoveco de la angosta calle Maipú, se esconde una redacción de la cual muchos hemos oído hablar pero no todos podemos imaginar. Unos cuerpos se asoman, como expectantes, detrás de un escritorio improvisado en la entrada con tres pilas de diarios encima. Luego de que pasan unos instantes, se relajan. Se miran. Se hablan. Descansan. Eran las once de la mañana y las caras de frustración se notaban. Esas figuras similares toman personalidad y responden ante los saludos de una forma muy agradable y hasta amistosa, invitando al interés individual a que le dé una oportunidad a la historia que se oculta tras ellos, tras esas letras que forman “El Diario no se cierra. En lucha por la continuidad”.
En la oficina del inactivo diario se encuentran tres mujeres no menos amables que saludan al pasar hacia la redacción. Hacia la izquierda al ingresar al corto pasillo, una cabina con vidrios transparentes parece proteger a una persona, sumergida en el monitor de una computadora mientras teclea furiosamente. En un vidrio, un dibujo se destaca gritando “Esto es la lucha”. Carteles y pancartas abundan sobre numerosos escritorios desordenados, en lo que sólo se parecen por sus monitores apagados y fotos de Antonio Mata siendo acusado de empresario estafador y vaciador.
Colchones, papeles, caras largas y espacios vacíos en la redacción que indican frecuentes asambleas son las cosas que se ven claramente al ingresar a la única habitación del edificio. Tras rejas, un cuarto alberga las viejas ediciones del periódico que no saldrán a la venta por un largo tiempo. El lado derecho de la redacción posee un primer piso por el cual se accede a través de una escalera delante del cuarto enrejado. Allí se encuentra la redacción de periodismo digital, el cual es una octava parte del gráfico.
Detrás de la sala principal y por encima de la entrada, con un ventanal que da a la redacción general, se despliegan las oficinas de dirección del diario, casi como si fuera un panóptico controlando todo. Pero, según los periodistas que trabajaron allí, no se vivía un clima de hostigamiento para trabajar sino más bien lo contrario. Lanata recorría, en sus tiempos de director, las diferentes secciones charlando con los periodistas.
Al fondo de la gran sala se encontraba un ventanal que daba a un patio. Allí, unas letras rojas desordenadas se encontraban abandonadas alrededor de una parrilla que parecía abatida por un reciente e intenso uso.
Un grupo de estudiantes se agrupa en el mayor espacio vacío y charla con tres compañeros periodistas acerca de la situación de toma y de las expectativas sobre la lucha. Unos instantes después, una serie de crujidos proveniente del pequeño primer piso llama la atención de todos. Con un fugaz suspenso, todas las miradas se vuelven a esa dirección y una silueta asoma la cabeza y dice: “¿Por qué tanto ruido?”. Tras bajar y despertarse un poco, un nuevo compañero se suma a la charla que comienza a concluir. Entre saludos, abrazos e intercambio de correos electrónicos, la comprensión de la lucha de los compañeros de Crítica de Argentina parece llegar a las mentes abiertas aunque no a las cuadradas.

27

Aquel 27 nací, aunque ya no recuerdo nada. Lloré, creo, como cualquier niño. Llegué haciendo ruido y pienso irme haciéndolo. Inquieto, curioso y molesto me mantuve por un largo tiempo, tal vez hasta hace un instante. Siendo el único niño en una gran familia de personas mucho mayores que yo, fue inevitable desenvolverme traviesamente para llamar la atención. Nadie le advirtió a mi madre que había nacido con una especie de malformación en la garganta llamada “vocíferum” (suena importante así), la cual perseguiría a todos aquellos con oídos normales o sensibles a mi alrededor. O tal vez no tengo oído suficiente para medir mi tono de voz.
Al casi año de vida logré lo impensado: Caminar sobre mis patas traseras. Casi oscilando entre el malabarismo y la locura, emprendí una aventura hacia delante la cual me marcaría por siempre. La emoción duró apenas unos instantes, ya que mi cabeza se encontró con el piso rápidamente, traicionada por su peso. Todo se debió, probablemente, al complot entre ella y mis patas delanteras, quienes no estuvieron ahí para salvarme de la caída fatal. Más tarde culparía a la torpeza. Hoy, a la gravedad.
Llegó mi segundo marzo. Festejos familiares, globos, risas, torta y mucha comida para festejar un cumpleaños del cual no comprendía siquiera que era mío. Caras por doquier y besos reiterados me hicieron entender a temprana altura que mi familia era numerosa. Ruidosa, también. Supongo que serán los genes. Creo que fue cuando realmente me di cuenta en lo que estaba metido.
A los tres años pasé de una jaula a otra llamada jardín. ¿Quién era esa vieja malhumorada que nos hablaba? Poco importa, hasta mis 17 años seguí pensando lo mismo, sólo que con diferentes variantes. Conflictivo de niño pero completamente moderado de adolescente, nunca tuve oportunidad de vivir con excesos. A los 18, ya con trabajo propio en una agencia de medios pude comenzar a desprenderme de a poco y vivir como siempre me habría gustado hacerlo.
Habiendo probado finalmente el sabor de la libertad, de poder ver en el horizonte una forma de vida anhelada, toda mi manera de ver la vida cambió. Mis pensamientos políticos, en un principio de derecha al tener el cerebro lavado debido a tener ancestros militares, cambiaron rápidamente al yo involucrarme muchísimo más en la política y ver la realidad de cerca y no tanto por la televisión. En un puñado de días, toda la crianza exhaustiva que había tenido cambió de rumbo violentamente, convirtiéndome en un ferviente militante de izquierda, siempre reclamando por la libertad de los obreros y los pueblos originarios de los cuales cada día me siento más hermano.
Pero no fue suficiente. Necesité expandirme en todo lo posible para enriquecerme como persona y abrir mi mente. Así fue como comenzó mi búsqueda por la identificación con la música, camino que terminó siempre girando en torno del rock y sobre todo, de Norberto “Pappo” Napolitano. Sí. A mí me gusta el rock, el maldito rock, como dice La Renga. Mi necesidad de expresarme terminó por generar el odio de mis vecinos, hartos de escuchar música alta y amplificadores de guitarra eléctrica al máximo.
Hoy, 2010, tras veinte años de vida, puedo decir que no he aprendido nada. Sigo siendo ruidoso, inquieto, curioso y molesto. Pero si me dieron voz, la pienso usar para que muchos escuchen lo que más odian oír: Que todavía existen personas que aman la libertad y se sienten hermanas entre ellas. Lo que no diga mi voz es porque ya ha habido mentes brillantes que me han superado a mí y a muchos otros con su apabullante sentido común y comprensión de la realidad.

domingo, 27 de junio de 2010

(notas malas escritas rápidamente)

Siempre intentando opinar
Vuelve a pedir la iglesia que cambie el Gobierno Nacional
Se hizo pública la nueva resolución de la pastoral, criticando el “estilo de confrontación del Gobierno”, pidiendo por la paz entre los partidos políticos y que se haga hincapié en combatir la pobreza.

Jorge Casaretto fue vocero en Mar del Plata de la última resolución de la Pastoral, la cual, como siempre, habla acerca de las falencias políticas democráticas, critica al Gobierno Nacional que no sigue sus ideas dogmáticas y pide que se combata la pobreza en el país.
Bajo el lema “Prioridad Bicentenario 2010/16: Erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral”, finalizó una nueva Semana Social de la iglesia en la costa, la cual tuvo importantes visitas como la de Daniel Scioli, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. La resolución pedía, por ejemplo, “terminar con los enfrentamientos verbales”, acabar con la política “amigo-enemigo” y vaticinó que “el mero crecimiento económico no basta para asegurar la equidad, el progreso y la movilidad ascendente”.
“Los obispos olfateamos cambios importantes en la sociedad, el deseo de unidad, de avanzar en la cultura del encuentro y del diálogo, de la aparición de nuevos liderazgos”, afirmó Casaretto. Dudas de eso no se pueden plantear, puesto que en todos los gobiernos de derecha que han ido de la mano con la iglesia fueron olfateados inmediatamente por la iglesia y apoyados, aunque no lucharan en lo más mínimo con la pobreza. De lo que sí hay dudas es de qué tipo de unión desean realmente: Si políticamente correcta o simplemente bajo la manta dogmática. Lo realmente grave es que hoy por hoy, ésta institución hable y critique sin razón, siendo la misma que apoyó completamente operaciones como el “Plan Cóndor”.
La resolución de la Pastoral también dice: “Contemplar la dignidad integral de toda persona y de todas las personas, nos ayuda a reemplazar el estilo de fragmentación por el espíritu de fraternidad. La unidad como comunidad nacional es el mejor camino para el desarrollo integral y una justa distribución de los bienes”. Nuevamente, se habla arbitrariamente ya que la misma iglesia está segmentada en numerosas facciones políticas, ni siquiera religiosas, que coinciden o no con éste documento. Ésta institución sigue demostrando que, como todo dogma, no ha progresado con los años y que su discurso es muy relativo, incluso contradictorio.

Siempre el prejuicio es malo

Lo primero que llama la atención al ingresar al Teatro la Plaza para ver “La Noche antes de los Bosques” es la lona cilíndrica en el medio del escenario. Sin más escenografía que eso, se promueve de a poco la idea de que no es un simple monólogo lo que se está por ver bajo la dirección de Alejandra Ciurlanti.
Como único actor en escena, Mike Amigorena se carga sobre los hombros todo el peso visible de la obra y lo hace perfectamente. Su capacidad de representar al protagonista de la obra es tan profunda que lleva a la locura de pensar como él. Sumerge a los espectadores en esa soledad, tristeza, nostalgia y rabia que es tan notoria en toda la obra.
El argumento de “La Noche antes de los Bosques” se centra en un extranjero francés, solitario y abandonado, que buscar amor, compañía y liberarse de los “miserables técnicos (…) que deciden desde arriba”. Es fundamental destacar que “La Noche antes de los Bosques” tiene altibajos constantemente y los efectos sonoros llevan al extremo los cambios emocionales del protagonista y a la atmósfera de suspenso que se crea con los diálogos, que terminan desconcertando al espectador y llevándolo a no saber qué es lo próximo que puede ocurrir. La lona negra claramente es un quiebre entre el personaje principal y la realidad, es lo que lo separa de su felicidad anhelada. Escenográficamente, ayuda a la ambientación en tres momentos: Al imitar lluvia, durante la canción dramática y simulando un bosque.
Los psicodélicos sonidos de fondo, las luces los truenos, la lluvia y los violentos cambios de emoción del actor obligan a mantenerse tenso, tal vez sólo atento, durante la hora y minutos de la obra. Predomina tanto lo sonoro que se entendería a la perfección escuchando con los ojos cerrados. La función de las luces es clave al comienzo, solamente iluminándolo al actor para destacar su soledad total, su falta de rumbo y para hacer entender que alrededor de él no hay absolutamente nada, pero luego las luces sólo acompañan ya que el sonido y la voz del actor se apoderan de absolutamente todo.
La directora Ciurlanti expresa que el deseo de la paz “(…) es el que nos acompañó desde el primer día de trabajo” con la obra. De la inmensa cantidad de líneas morales que escupe el protagonista, de entre las primeras se destaca una citada por la misma directora: “No digas nada hermano, no te muevas, yo te miro, yo te amo, hermano, hermano”. La soledad está presente como un fantasma que penetra profundamente en la obra y estremece al ser tan cruel con el extranjero.
Las identidades no existen en la obra. Tanto es así, que el personaje interpretado por Amigorena no tiene nombre y la persona a la que le habla ni siquiera tiene cuerpo. Es un cualquiera hablando con el primer ser vivo que encuentra al ser tomado por las garras de la desesperación. Necesita ser escuchado, necesita entender que su vida no ha sido un sueño, que hay alguien que puede oírlo un mundo cruel y gris que no permite a cualquiera subirse.
De la misma forma que explica la sinopsis argumental en el programa de la obra, no se sabe si el protagonista miente, inventa o delira. De hecho, nunca se afirma ni niega absolutamente nada. Todo se deja a la libre interpretación del espectador. Al ser psicoanalista, da la impresión que la directora sabe muy bien cómo generar una impresión de insanismo mental en el protagonista, de llevarlo a una locura que es comprensible.
Incomprensible al comienzo, impecable al finalizar. “La Noche antes de los Bosques” impresiona por un descollante Mike Amigorena que transmite a la perfección lo que la directora pretende, a pesar de que la iluminación no logra resaltar toda su capacidad gestual salvo cuando exageraba excesivamente, corría o saltaba. La única verdad que termina siendo clara en la obra es la gran capacidad actoral de Amigorena.

jueves, 8 de abril de 2010

Los colores revolucionarios

Es inevitable escuchar nombrar a Cuba y relacionarla con palabras como política, revolución o comunismo, a pesar de que la isla no es rica en cultura sólo por dichas cosas sino también por su arte, sus costumbres y firmes ideales, que terminaron siendo los que impulsaron el movimiento anticapitalista.
Fundación Costantini presenta en el Museo Malba “Caminos de la vanguardia cubana”, una muestra que recorre el arte de la isla entre los años 1920 y 1940. Las obras serán exhibidas hasta el 3 de mayo y se dividen en tres secciones: “una nueva mirada hacia la mujer”, “El nacionalismo” y “La relación de la vanguardia cubana con los conflictos políticos de su tiempo”.
Al entrar a la muestra, lo primero que se ve es una interesante introducción a lo que se expone, deslizando una leve reflexión acerca de lo intencionado en las obras y como las mismas influyeron finalmente en la consciencia popular cubana. Artistas como Mariano Rodríguez (1921-1980) o René Portocarrero (1912-1985) descollaron a la hora de dibujar mujeres y por eso sobresalen en dicha sección. En “La Paloma de la Paz”, Rodríguez cláramente usa los colores de la bandera cubana con una tonalidad fuerte, pero están detrás de una mujer, que sostiene en sus manos un pañuelo rojo que contiene una paloma blanca. El rol femenino en Cuba fue fundamental para construir la identidad del país. Una lámina al costado derecho de las obras de Carlos Enríquez contiene una cita textual del artista hablando al respecto: “Nuestra vida nacional gira alrededor del sexo (…). Hasta el agujerito inflamado en la más humilde caseta de baño, todo indica que pisamos sobre una manigua ardiente, donde tras cada matorral nuestra imaginación sospecha carne, la lujuria, el pecado batallador y el estremecimiento erótico”. Enríquez ha dibujado numerosos desnudos de mujeres en diversas situaciones, como detrás de telas, en la ducha y lesbianas.
Recorriendo un poco más las obras dedicadas a la mujer, podemos destacar a artistas como Joaquín Blez (1886-1974), que con gelatina de plata produjo fotografías de mujeres con poca ropa o completamente desnudas con una belleza que atrae y siempre las fotografiadas contemplan algo más allá de la cámara o el cuadro. Es necesario destacar que no sólo Blez deja este sentimiento de mirar a algo más allá, sino que todos los artistas tienen esto en común. Las mujeres siempre observan la lejanía, el horizonte.
Rafael Blanco (1885-1955) también dibujó mujeres desnudas, pero jamás solas. En “La piel del Diablo” hay muchas mujeres desnudas simplemente interactuando, mientras que en “La magia de la esfinge” muchos hombres observan a una.
Cabe destacar que debajo de dos vitrinas se encuentran numerosos ejemplares de la revista Social, en los cuales todos tienen como tapa a bellas damas.
Finalizando la etapa femenina, me tomé el atrevimiento de intercambiar unas palabras con una de las guardias de la muestra, quien muy agradablemente me expresó su opinión acerca de las obras, confesando que le fascinaba la selección de artistas y la organización de los mismos dentro de la exposición. Lamentablemente no pudimos adentrarnos más en el intercambio debido a lo atareada que se encontraba ella, pero me recomendó observar especialmente las obras de Santiago Gattorno (1904-1981) y Amelia Peláez (1896-1968). Intrigado por aquellas palabras proseguí hacia el centro de la sala, la cual se encontraba fragmentada por numerosas paredes de colores situadas en el medio para no generar un sentimiento de vacío. Giré hacia la izquierda y me encontré con las previamente mencionadas obras de Gattorno, ya adentrándome en la etapa del nacionalismo.
En la obra “Campesinos descalzos” se pueden ver a dos personas caminando por un sendero a la luz del sol, cargando sus herramientas de arado. Claramente Gattorno quería transmitir ese sentimiento de rutina cansadora. Hacia el otro lado se destacaba Arístides Fernández (1904-1934), quien tuvo una tendencia política mucho más clara a la hora de hablar de la identidad nacional. En su obra “Manifestación con banderas rojas” se muestra un levantamiento comunista en contra de las autoridades

Avanzando sobre el lado derecho se encuentra otro fragmento textual de declaraciones, pero esta vez habla Wilfredo Lam (1902-1982): “Desde mi instancia en París tenía una idea fija: Tomar el arte africano y ponerlo en función de su propio mundo en Cuba. Necesitaba expresar en una obra la energía combativa, la protesta de mis ancestros”. Lam trabajó con óleo sobre papel y con tonalidades oscuras, destacándose el marrón y el verde como en “La Silla”. Sus dibujos pueden impactar más por su intencionalidad sombría, muy diferente al resto de los artistas.
Girando hacia atrás en plena mitad de la sala podemos encontrar las obras de tal vez la artista más experimental de todas: Amelia Peláez (1896-1968). Por situar algunos ejemplos, en “Árboles Verdes” trabaja con oleo verde y simplemente le da diferentes tonalidades para destacar la copa de los la flora del paisaje. En “La Pianista” se mezclan colores oscuros con muy claros, trabajados con témpera, y el resultado es bastante agradable a la vista. En “Mujer reclinada” dibujó con lápiz sobre papel, haciéndola completamente desarticulada y cubierta de líneas sin dirección. “Naturaleza muerta con vitral rojo y amarillo” fue trabajado con óleo sobre papel y “Naturaleza muerta con Guanábana” con óleo sobre cartulina, por citar otras obras.
Llegando al fondo de la sala se encontraba la etapa política, la combativa. La diferencia al llegar a estas obras es abrumadora, casi violenta. Sin embargo, es aquí donde se ponen en juego las obras fuertes y contundentes que se esperaban de la exposición. Eduardo Abela (1889-1965) caricaturiza una fuerte ideología a favor del sentimiento revolucionario cubano y en contra del imperialismo y la religión. Las caricaturas más interesantes de la muestra podrían ser “Ante Dios” y “El Billar”.
Jorge Arche (1905-1956) optó por un camino más crudo, como lo demuestra en “Trabajadores”, trabajado con óleo sobre cartón, en donde el extremo sometimiento laboral en las fábricas y las condiciones laborales insuficientes acompañadas de las jornadas extensas terminan por destruir a un exhausto obrero, que es cargado por sus compañeros.
Finalmente, dejando tal vez al artista más combativo y revolucionario para el final, quedan las obras de Marcelo Pogolotti (1902-1988). La última cita textual de la muestra pertenece a este pintor y dice: “Me resistía a mostrar una imagen de mi país que satisficiese al gusto por el exotismo de los franceses, anglosajones u otros extranjeros (…). Mi objeto era pintar la realidad humana en un paisaje social”. Pogolotti pintó muy bien con tinta como en “Dar, dar, dar en cada instante de su vida”, en donde muestra brazos trabajando en una fábrica. “Los ententes” fue trabajado con lápiz y crayón sobre papel y muestra un sacerdote, un burgués y un policía por encima de la ciudad. En “Represión” muestra como la policía masacra a la gente. El artista toca este tema junto con el exceso de trabajo, la vida en la ciudad, la fábrica y la revolución reiterada veces. Claro queda esto en “Obreros sosteniendo un cañón”, donde numerosos revolucionarios se encuentran por debajo del arma de fuego. “Manifestación” muestra sin ninguna duda el clima insurgente que comenzaba a vivir Cuba. Finalmente, en “Fuerza de Trabajo”, se muestran numerosos obreros, pero particularmente en el extremo superior derecho se encuentran 5 proletarios alzando sus martillos y hoz hacia el cielo, debajo de una estrella roja.
Intencionado o no, lo primero que uno piensa al hablar de Cuba se encuentra al final de la muestra. Hábil jugada de los organizadores, ya que muchas obras que son tanto o más interesantes, puesto que fueron lo que crearon la consciencia común del pueblo para luego pasar a ser revolucionario, se encuentran antes.
De la muestra en sí se debe decir que fue muy prolija, muy interesante pero que tal vez pecó por no delimitar bien en qué momento se pasaba de una sección a otra, o tal vez también haya sido a propósito. Si la segunda es, la transición quedó muy bien lograda, demostrando como se fue cambiando la temática del arte cubano. Al final deja ese gusto político que se esperaba, a pesar de comenzar encarando hacia otra dirección. Queda ese aire comunista con Pogolotti que tanto rodea a la isla. Ese velo revolucionario se destapa y nos abre sus brazos para conocer el trasfondo de un pueblo que no siempre fue combativo.