lunes, 18 de abril de 2011

Despreciá tu nombre

Custodiando mi mente
Me he olvidado de repente
Las metas propuestas por un cualquiera
Que entre tantas cosas se asemeja
A una débil tentación

Siniestro de ideas que genera violencia
Ahuyenta la democracia de nadie
Haciendo que nunca nada cambie
En las mentes divididas sin coherencia

Habiendo ya transitado caminos oscuros
Con lobos astutos que se fragmentan
Y siempre observan con cautela
Las artimañas de ese tirano absurdo

Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve,
ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florece
Voces que dicen demasiado pero no siempre permanecen
Condenadas por una historia manipulada desde siempre

Tu mano inexistente es la que no me da fuerza
Tu mirada la que me paraliza y desprecia
Tus labios los que balbucean de todo sin decir nada
Tu mente que por más que no creas, no trabaja.

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